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La lluvia no pudo con el Sauga Folk


La décimo séptima edición del Sauga Folk de Colindres contó con una indeseada invitada, la lluvia, que a pesar de su presencia tímida el viernes e intermitente el sábado, no deslució las actuaciones de los grupos que destacaron por su alto nivel e implicación con un público que respondió arropándolos.
La jornada del viernes sirvió para calentar motores, con la apertura del escenario por parte de los cántabros Maílla, que ofrecieron un amplio y variado repertorio de composiciones propias y música tradicional cántabra y extranjera acompañadas por las voces femenina y masculina de sus integrantes armonizadas con los sonidos de la gaita, el acordeón y el violín.
Ritmo frenético
Llegados de Irlanda, el quinteto que forma la agrupación Teada supo interactuar con el público, al que se metió en el bolsillo con el ritmo frenético de su repertorio instrumental, su empatía con los asistentes, atreviéndose incluso a hablarles en español y los bailes típicos de su tierra a cargo de una bailarina. Tras Teada, actuaron La Collá Propinde, con canciones y melodías asturianas cargadas de reivindicación y carga social. A pesar de cantar en asturiano, transmitieron el calado humano y espíritu luchador de sus letras empapadas con la sonoridad de la tradición astur. Cerraron el telón El Hombre Pez con un show a caballo entre la musicalidad de su fusión de estilos y el acento cómico que aportaron sus componentes.
La asociación cultural Sauga, organizadora del evento, preparó para el sábado un amplio programa de actos con una sesión de folk en la taberna Lloyd Nolan de la localidad, el guiñol de la mitología cántabra de Julianini, pasacalles a cargo de la Banda de Gaitas de Cantabria y los Danzantes de Cicero, por la tarde. Por la noche, la Banda de Gaitas de Cantabria y la agrupación Alegría Cántabra prepararon al público con su música tradicional.
La calma de Julie Fowlis
Los platos fuertes de la noche fueron la escocesa Julie Fowlis y el gallego Anxo Lorenzo. La primera trasladó a su público a Escocia con pausada armonía que marcó la diferencia en una noche que destacó por el frenesí rítmico del resto de agrupaciones, mientras que Anxo Lorenzo aportó la fusión de estilos autóctonos y foráneos y la maestría al toque de gaita. Les precedió Cahornega, que arrancaron una sonora ovación al respetable, que acompañó a la agrupación cantando sus melodías despidiéndoles con la petición de otra canción. Los incombustibles Ruxe Ruxe pusieron el broche de oro al festival con fuertes acordes de guitarra que dieron la pincelada más roquera del Sauga sin perder el aliento a pesar de que dieron un concierto sin pausa entre canción y canción.
El público de ambos días tampoco defraudó acogiendo todas y cada una de las actuaciones con calidez. Cerró los actos del Sauga el grupo Cambalúa en el café Pereda de Ampuero. (El Diario Montañés)


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