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El Certamen de dulzaina José María Canfrán llega a su vigésimo quinta edición


El certamen de dulzaina que lleva el nombre del músico que recuperó la dulzaina en Guadalajara, José María Canfrán Lucea, cumplió el pasado domingo con brillantez la efeméride de su XXV aniversario. Como cada año, la organización había programado un cartel de mucha calidad, en el que de nuevo estaba previsto el homenaje a un viejo maestro del instrumento. En esta ocasión fue reconocida la labor del tristemente desaparecido dulzainero segoviano Luis Barreno.

La de 2012 ha sido la primera edición que ha tenido como escenario el Auditorio de El Pósito con la entrada gratuita, como siempre. “La selección de grupos pretende mostrar el momento de la música folk en la península, sin olvidar lo nuestro”, explica José Antonio Arranz, tesorero de la Asociación de Dulzaineros de la ciudad del Doncel que organiza y patrocina el certamen, en colaboración con el Ayuntamiento de Sigüenza. Consecuentemente la primera actuación del festival correspondió a los “Dulzaineros de Sigüenza”. Para caldear el ambiente de una platea que presentaba un lleno absoluto, interpretaron tres piezas clásicas de las que ofrecieron su propia versión. Empezaron con las “Seguidillas y Jotas de La Alcarria”, luego hicieron los “Paloteros de Utande” al estilo tradicional, para terminar con la “Jota de San Pascual de Maranchón”.

A continuación los dos hijos de Luis Barreno recogieron una placa, obra del cincelador Mariano Canfrán, y un pergamino en reconocimiento a la labor de su padre en el ámbito de recuperación de la música tradicional castellana. Los segovianos recibieron emocionados el aplauso del público antes y después de su actuación puesto que ellos mismos, que han seguido la tradición musical de su progenitor bajo el nombre de “Hermanos Barreno de Zarzuela del Monte de Segovia”, interpretaron varias piezas clásicas adaptadas por el gran Luis con dulzaina y tamboril al estilo más puro, como se hace en las fiestas de su tierra segoviana.

“Los Dulzaineros del Bajo Aragón” también dejaron bien patente en Sigüenza su calidad como grupo de música folk. El grupo está en la brecha en varios frentes de trabajo, la investigación, la edición discográfica y, sobre todo, interpretación musical. Si el objetivo inicial de este grupo aragonés era recuperar la figura del gaitero, muy pronto se vieron obligados a ofrecer conciertos y recitales didácticos contribuyendo de forma significativa a la recuperación y puesta al día de los músicos populares en el ámbito festivo. Para desarrollar esta labor han utilizado instrumentos tradicionales aragoneses, copia fidedigna de los que utilizaban sus predecesores, aprendiendo su técnica de interpretación y repertorio.

Las actuaciones se cuentan por centenares a lo largo de estos años y han recorrido todo el estado español, Francia y Portugal dando a conocer un patrimonio musical que muestra la auténtica riqueza de la música tradicional en Aragón. Su repertorio de calidad y con soniquete profundamente aragonés recibió al terminar el calor seguntino. Era la segunda vez que tocaban en la Ciudad Mitrada.

El cuarto y último grupo que actuó en el aniversario del Certamen fue el de los gaiteros de Galdakao (Bizkaia) o “Bizkaiko Dultzineruek”. Los vascos acompañaron el sonido de la dulzaina con el de la “triquitiza”, un acordeón de sonido muy especial, y el del canto tanto en castellano como en euskera. También se pudieron escuchar por primera vez en el José María Canfrán acordes salidos de la “alboka”, una especie de gaita cuyo uso ha quedado reducido al País Vasco. Su sonido es similar al de la gaita y, al igual que ella, el sonido no es interrumpido. El método utilizado para tocar es el de la insuflación continua y para ello se utiliza la respiración circular, técnica con la que se consigue respirar sin dejar de tocar. Los seguntinos agradecieron como siempre el aire norteño. (La Crónica de Guadalajara)


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