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Un trovador del siglo XXI


EmILIO Arias, un leonés afincado en Altsasu, es luthier y trovador en pleno siglo XXI. Si bien la fabricación de instrumentos no es su oficio, es su pasión. En esta afición se une su amor por la música, la Edad Media y la ebanistería. Además de luthier es músico. Así, interpreta romances y cantigas medievales, acompañando su voz con instrumentos como el rabel, la zanfona, la gaita o el albogue.
Autodidacta, Arias se inició en su juventud tocando la guitarra y cantando. "Me encontraba a gusto tocando y cantando al mismo tiempo y mi interés por los instrumentos tradicionales me llevó a investigar sobre cómo se tocaban antiguamente. Buscando la esencia de la música tradicional, llegué al medievo e incluso antes", explica. Así, su primer instrumento medieval fue una zanfona que adquirió en Galicia. De eso ya hace 12 años. Entonces comenzó una fructífera andadura que le ha llevado a dominar diferentes instrumentos e incluso a fabricarlos.
El siguiente fue el rabel, un instrumento medieval que se tocaba en la corte y que se podría decir que es el antecesor del violín. "Más tarde pasó a manos de los pastores fundamentalmente, que por las rutas de la transhumancia cantaban coplas y romances" observa Arias. También destaca que este instrumento se ha conservado hasta nuestros días en Asturias, León y principalmente Cantabria, donde este luthier ha conseguido numerosa información para poderlo construir él mismo.
Después del rabel vinieron gaitas, albogues, fídulas medievales y salterios, entre otros instrumentos que han ido saliendo de su pequeño taller de luthería en Altsasu. En la actualidad está realizando un organistrum, instrumento anterior a la zanfona, del siglo IX, representado en el Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela. "Requería de dos personas para su manejo, uno de ellos accionaba una manivela y el otro pulsaba los registros. Se usaba en los monasterios como acompañamiento al canto litúrgico", apunta Arias.
miniaturas Otra faceta de este artesano es la construcción de reproducciones en miniatura de estos instrumentos, una colección única que completa la de los propios instrumentos a tamaño real. Hasta la fecha, la exposición se ha podido ver en localidades de Nafarroa como Altsasu o la Torre Jauregia de Donamaria. También en ferias y exposiciones de Araba, Bizkaia. En la muestra se percibe el gusto por el trabajo bien hecho. Y es que Arias es un artesano en la palabra estricta, con unas manos expertas y pacientes en las que no importan las horas. Además, la fabricación apenas ha cambiado en un milenio. "Utilizo colas y barnices naturales y materiales como tripas o crines de caballo para las cuerdas, como se hacía entonces", explica.
recitales Estos instrumentos cobran vida cuando suenan. Es una música que traslada a los oyentes a un tiempo en el que después de las labores del campo la gente se reunía en las casas en torno a la lumbre. En sus conciertos, poco a poco, la voz de este músico acompañada del rabel, la zanfona o la gaita va remontándonos al medievo con romances que trovadores y juglares interpretaban de corte en corte como un medio de ganarse la vida.
Este luthier y músico tiene en la actualidad un disco, Canto de Ultreya, donde recopila música relacionada con el Camino de Santiago en el que se incluyen romances, cantigas y coplas de ciego, grabado en directo en la iglesia del Crucifijo de Puente la Reina."Me gusta tocar en sitios románicos y con historia, como por ejemplo el Palacio Real de Olite, en el cual este verano tuve la oportunidad de ofrecer un concierto didáctico, dentro de la semana medieval que se celebra todos los años. La acústica en estos lugares es algo especial", explica.
También forma parte del ensemble de música antigua del grupo Elfenthal, en Nafarroa, impulsado por Maite Itoiz y John Kelly. Para más información, se puede consultar la página que Emilio Arias tiene en Facebook. (Deia)


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